miércoles, 15 de julio de 2009

más que el deseo de vivir, es el apego a aquello que nos brinda la muerte.
que siniestro es el rumbo del anciano conforme, jamás curvó su mirada,
que larga vida, en la no vida.

que triste es mirar su cuerpo sin heridas,
alas intactas que jamás conocieron el vuelo.
no eres nada ante el polvo y la ceniza,
reflejo de la llama que quemó bosques y cuadras.

te encuentras a salvo tras esas paredes,
prontamente emanaran hedor de excremento.
las barras se harán visibles, de un acero disfrazado de salvación

No hay comentarios: