martes, 17 de noviembre de 2009

no he conocido mas lamentos que el silencio de los nichos.
El llanto del niño perdido, que ignora el abandono.
Es la mente ausente, la que jamás toca la filosa roca del fondo,
catacumbea dando tumbos en su balsa de estiércol,
navega mas allá del reflujo mañoso del viento,
llegando al nacimiento del mismo chubasco.
es ahí donde el hombre quizás deja escapar una lágrima
y se disuelve en paisajes furiosos y se alimenta de ellos
para llegar cantando a tierra de bohemios y ninfas sepulteras.

domingo, 1 de noviembre de 2009

La media noche encumbraba
los discursos de Haydn, Wagner, Vivaldi.
yo era capaz tan solo de encumbrar
una oscura botella.
Mientras la radio alcanzaba plena distinción,
yo solo me limitaba a pensar y lucir
como un estropajo.
ya eran días sin comer,
no me he esforzado más que bajar a mendigar
algunas monedas para comprar vino.
tanto tiempo sin probar bocado comienzan a generar
espeluznantes alucinaciones,
de las cuales me declaro un asiduo fanático,
me visitan verdugos, dominatrices
y chacales hambrientos
finalmente ha llegado la comida.