domingo, 1 de noviembre de 2009

La media noche encumbraba
los discursos de Haydn, Wagner, Vivaldi.
yo era capaz tan solo de encumbrar
una oscura botella.
Mientras la radio alcanzaba plena distinción,
yo solo me limitaba a pensar y lucir
como un estropajo.
ya eran días sin comer,
no me he esforzado más que bajar a mendigar
algunas monedas para comprar vino.
tanto tiempo sin probar bocado comienzan a generar
espeluznantes alucinaciones,
de las cuales me declaro un asiduo fanático,
me visitan verdugos, dominatrices
y chacales hambrientos
finalmente ha llegado la comida.

No hay comentarios: